Siempre se ha asociado la felicidad con dinero, ¿pero realmente es eso
cierto?
Aunque tengamos la imagen de que tener todos los caprichos y estar a la
última somos mejores que nadie y estamos contentos de tenerlo; esa felicidad es
pasajera. Cuando salga el último modelo de Iphone ya no voy a estar contenta
con el que tengo, porque si veo un televisor más extraplano o con 3D, el que
tengo ya lo veré con otros ojos porque no es el que anuncian y así un largo etcétera. La publicidad nos
hace tener la necesidad de consumir por obligación, no por necesidad. Aunque
nos hagan creer que los objetos nos hacen más felices, estamos muy equivocados.
A continuación pongo dos mapas, uno de la riqueza de los países (según su PIB
nominal por cápita) y otro con el nivel de felicidad de cada país.
http://www.happyplanetindex.org/data/ |
Como podemos comprobar Estados Unidos y Japón, unas de las
superpotencias más importantes del mundo, no son felices aun siendo las más
ricas. Su nivel de felicidad está igual que la mayoría de países del tercer
mundo e incluso algunos de estos son más felices viviendo en la pobreza. Sud-América
y Centro-América, regiones que los niveles de vida son muy precarios son los
que más felices viven.
Entonces ¿qué estamos haciendo mal?
Deberíamos hacer una reflexión interna y pensar que es lo que realmente importa.
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